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Sunday, November 9, 2014

Visca Catalunya!

Bueno, va siendo hora que salga del clóset y lo confiese..

Me encanta el pueblo catalán.

(ufff, qué sorpresa, no?)

Podría extenderme en los motivos, pero no creo que le interesen a nadie. Mejor voy al punto. No sé si saben, pero por las dudas se los resumo: resulta que los catalanes quieren ser ellos, y que los dejen ser. El gobierno español, claro, no es de la misma idea. Y es ahí cuando los catalanes... se expresan, toman las calles pacíficamente, hacen cosas como ésta:

Frente a una opción violenta, demuestran que están unidos, que quieren algo y que pueden probar, pacifica y alegremente que tienen algo para decir.
Hoy, 9 de noviembre, van a votar, y ahora les explico una cosa que me gusta mucho de ellos, con un contrajemplo:

La semana pasada hubo elecciones acá en USA. El voto no es obligatorio, va el que quiere, si le pinta. En Texas, por ejemplo, sólo el 30% del padrón votó. No era una elección menor, y, como si hiciese falta explicarlo, los que no van a votar apoyan con su ausencia a aquellos políticos a los que no les interesa el apoyo o el voto de nadie. Esos, casualmente, fueron los que ganaron, los que quieren que el Estado se achique lo más posible, pero bueno, ese es otro tema..

Hoy, los catalanes van a votar una consulta. Se les deslegitimó por donde se pudo, les denegaron la constitucionalidad del voto - y créanme que estoy resumiendo, agotaron todas las vías legales, se cansaron de estar "con la mano extendida", como dijo Artur Mas, el presidente de la Generalitat - , es decir, probablemente esto que voten no tenga validez legal para nadie más que para ellos.

Van igual.
Participan.
Hacen cola, más de uno emocionado por poder votar.
Luchan por poder expresarse, aunque les nieguen el marco institucional.

Y si sos catalán y no estás de acuerdo, si querés votar "no", también podés ir. Contemplan eso, no se hablan a sí mismos. Para el mediodía, más de un millón de personas ya habían votado. Son 7 y medio en total.

Por eso me gustan los catalanes. Me emociona su unión, su perseverancia, su manera de agotar todas las vías no violentas, una caballerosidad democrática poco vista últimamente.

Como dijo David Fernàndez, el de hoy es un tsunami democrático contra un estado demofóbico.

Yo, por mi parte, hoy estoy con ellos.

Sunday, July 13, 2014

Lo que nos enseñó el Mundial..

(como vivo sola y paso días sin hablar con nadie parece que escribo mucho. Ya me lo criticaron en el post anterior, así que trataré de ser lo más breve posible con éste. De nada)

Bueno, gran parte de lo que quería decir ya lo dijo antes y mucho mejor Mempo Giardinelli acá, así que no me extiendo y, debiéndome a mi público, la hago corta y les digo, para mí, qué es lo que aprendimos del Mundial (o qué deberíamos aprender):


  • Estamos en la final, sí. Con una selección humilde y responsable, que se cansó de remarcar que había que jugar partido por partido y paso a paso. Ojalá la imagen - nacional e internacional- de la argentinidad se empiece a parecer a esto.
  • Mascherano se desgarró, y en lugar de hacer chistes a lo Corona sobre eso lo hicimos héroe y prócer por sus inconmensurables huevos. Bien por nosotros, y por el machismo que ni se animó a hacer gala de su tradicional homofobia. 
  • Siguiendo con esto, a Masche se lo idolatra por no aflojar, por seguirla peleando, no por ninguna avivada a lo Robben. Resistencia y resiliencia, valores argentinos. Me encanta.
  • Terminando con esto, cortémosla con Mascherano, dále. Ajustemos nuestras expectativas a la realidad: es humano, da la vida, lo amamos, pero ya está. Digo, porque me entristecería mucho verlo demonizado si pasa algo hoy. No creo, estoy super optimista y me parece que ya está en nuestro panteón - sí, porque hacemos panteones y no podios, y no me voy a extender ahora en esto- de héroes, y se merece seguir ahí.
  • En definitiva, si hoy ganamos o perdemos ya la selección demostró que con laburo sostenido y mucho huevo se llega. Ya somos ganadores en eso. No somos los mejores, como dijo Mempo. No debería importar, aunque si veo a Messi besar la copa como lo ví a Maradona en el 86 voy a llorar de felicidad.
Eso es todo. ¡Vamos Argentina!




Saturday, June 28, 2014

Mundial Minitah

Bueno, empezó el Mundial. Hermoso Mundial hasta ahora, si se me permite la opinión. Y si no, este espacio es mío así que voy a opinar igual, sabélo (o Sabella, chistazo!)

Hermoso Mundial, decía. Muchos goles, muchos fantoches, excelentes partidos. Sueño con una final Argentina-Alemania, porque soñar no cuesta nada, y con el hermoso dato aparejado de que, si sucede, es porque a Brasil lo sacan en cuartos, o antes! (porque soñar no cuesta nada, repito)

Remanido está el tema del fanatismo disfrazado de nacionalismo, y no me voy a poner a analizar a los fantasmas inflados tampoco (you know who you are, US) porque no me corresponde. Porque así como existe el fanatismo mal llamado nacionalista, se ahondan también durante el Mundial las fronteras de género, y entonces soy una minita escribiendo sobre algo que jamás va a entender. Así que, antes que tener que recitar la definición de offside, me limito a comentar algunas cosas particulares que me llamaron la atención

Devórame otra vez, parte I


Sí, con camiseta no es lo mismo
Y de seguro se creían que iba a hablar de Suárez. No, no todavía. Como en todo Mundial, las "minitas" tenemos reservado la dudosa opción de o estar calladas o abrir la boca y decir una pavada tan grande que nos relegue al punto uno de nuevo. Y, como ocupar un rol así pareciera irresistible para muchas, ahí vamos con la misma pavada de siempre: el más lindo del Mundial.

Este año le tocó a Lavezzi, como en Mundiales anteriores le había tocado a Crespo (después de festejar un gol contra Costa de Marfil, creo, y sacarse la camiseta, claro está) y, mucho antes, al Goyco y sus manos durante Italia 90, que terminó haciendo una propaganda tan pero tan efectiva de eyelit que hasta Di María los sigue usando. (las minitas nos fijamos en estas cosas, viste?)

A veces quisiera poder editar mi propia memoria



El tema con "el Pocho" es más o menos igual al de Crespo. Es decir, un tipo que ninguna minita había registrado (salvo las pacientes botineras, claro) ahora "explota" en los medios y es responsable de cataratas de... de lo que usted crea conveniente imaginar.
Mas allá de la cosificación de la que muchas se sienten orgullosas - en un acto cuasi y muy mal entendido feminista, onda "¿viste? ¿viste?" -, lo interesante en que Lavezzi sea el elegido de las babosas de siempre me parece que tiene que ver con su actitud de tipo "atorrante y jodón", al que se le perdona todo porque, primero, está bueno, y, segundo, no te podés arriesgar a enojarte con un tipo jodón, porque la única salida es quedar como un "amargo".

ahhh te vas a enojar por esto? Qué boludo!
Estoy hablando, claramente, del episodio con el agua y Sabella. A mí, particularmente, no me parece una falta de respeto tan grave, si se hubiera dado durante los entrenamientos o alguna práctica. No es que tirarle agua a la cara a alguien mientras te está hablando sea muy grave (parece que no lo es), pero el acto de desestimar las directivas de tu técnico durante un partido internacional mojándole la cara - aunque sea en joda y con buena onda, che - lo deja como un boludo (que es, inconscientemente, lo que la mayoría argentina piensa de Sabella. A menos que salgamos campeones, claro. En ese caso todo el mundo va a decir que siempre lo dijo) El respeto, como la honra en el siglo XIX, no es una cosa íntima, sino pública. Al pedo que te respeten en casa si no lo hacen afuera, que es donde cuenta.
Obvio que ahora, como corresponde, la "explosión" - ¿tengo que remarcar lo obvio y decir que es una mamadera de los medios a la que muchas se prenden como cordero a la teta?- incluye los detalles domésticos, y ahí salen en caravana y en cadena todos los familiares, el kiosquero y hasta el compañerito de banco a decir que "el Pocho" siempre fue así, que es re jodón y que está todo el tiempo haciendo bromas. Mirá qué lindo, y qué insoportable.
Pocho, antes y después

Pocho, antes y después 


Más allá de que por ahora todo se le perdone porque parece que es lindo (como si fuera Karina Olga, por ejemplo), la "explosión" del Pocho nos pinta como sociedad en varios aspectos.
Primero, y vuelvo a esto porque no lo entiendo, por cómo la oportunidad de "cosificar" a un varón pone locas de deseo - histerismo, en rigor- a muchas y sedientas de venganza feminista a otras. Muchachas: a las primeras les digo que si algo deberíamos aprender del Pocho es que con gimnasio y un buen peluquero todo se puede, así que en vez de idiotizarse idolatrando a un chabón que claramente en sus vidas les va a dar bola, ¿por qué no nos damos una vueltita por el gimnasio, o hacemos a nuestros cónyuges darla, en lugar de compensar dejando caer baba por un tipo que al fin y al cabo le pagan por verse así? ¿Quieren un Pocho? ¡Exíjanselo a su Cacho! A las segundas, que son las que me dan más miedo en verdad, les digo; muchachas: hacer de este señor un objeto sexual no las hace más guachas feministas, sino que las deja en ridículo. "Vengarse" de un varón haciéndole lo que se le hace a las mujeres no tiene nada que ver con el feminismo, cortenlá. Ya sabemos de sobra que la objetificación de los cuerpos es una cagada, y sabemos de sobra que las mujeres son las víctimas esperables, que muchas veces pagan estos mecanismos con su propia vida. Hacerse las patriarcales cuando pasa algo como esto lo único que hace es reivindicar los mecanismos contra los cuales luchamos todas. Por supuesto que el Pocho de seguro puede caminar solo de noche, por supuesto que al Pocho nadie le va a hacer una propuesta indecente por un trabajo, sé ver la diferencia. Pero también sé ver la similitud, y ustedes también deberían. No nos hagan esto, no ahora.
Por último, la idolatría al Pocho en tanto "atorrante" también devela algunas bases de nuestra ideología. Todos nos reímos porque el que no se ríe es puto, pareciéramos decir. Una suerte de demonización del aburrido - y vuelvo a lo mismo, Sabella no es Bilardo, y  "a Bilardo eso seguro no se lo hacía", decían por ahí - o del distinto. Guarda con esto, no sea cosa que por festejar la gilada nos pase lo que le pasó a Uruguay, y tengamos que salir a elaborar teorías conspirativas para no hacernos cargo de nuestra doble moral.

Devórame otra vez, parte II

Ahora sí, vamos al caso Suárez. De más está hacer una crónica de los hechos por todos conocidos. En algún punto, y salvando las enormes distancias, a Suárez se lo condenó por lo que se lo celebra al Pocho; la avivada, la criollada, la manera "tan nuestra" de afrontar las cosas.
Se sabe. El delantero ya había mordido gente, y había sido sancionado antes. Creo humildemente que la sanción de la FIFA tiene que ver más con que es un Mundial bastante polémico con los arbitrajes, y que con esta reacción además de castigarlo juegan a hacerse los justos y representantes del fair play (una asociación que pasó por encima de las leyes brasileñas y vende alcohol en las canchas ahora, pero bueno...). Empezando por el penal regalado a Brasil, y terminando con esta sanción, el Mundial ha tenido muchísimas zonas grises, y la pelotudez esa de la "goal technology" no oculta la necesidad de instalar un sistema más parecido al de otros deportes, en los cuales frente a la duda se para todo, se observa la filmación de lo que acaba de pasar y se decide en base a eso. A riesgos de extenderme, y abusar de mi condición, creo que si a Suárez se le hubiese sacado tarjeta roja en el momento (como la que le sacaron a Ortega en aquel cabezazo en el Mundial '98, o la que le sacaron a Zidane en el del 2006) todo esto no pasaba. Habrá que ver ahora si van a ser tan rigurosos y severos con los hacedores de faltas que quedan en camino, que son bastantes.

Sin embargo, y como siempre, la cosa no queda ahí. A Suárez le dieron 9 fechas de suspensión - ponéle que eso sea justo, ponéle nomás, aunque de hecho hasta el mordido dijo que le parecía excesivo- y 4 meses de inhabilitación. Y aquí, de nuevo, la lógica perversa y bipolar de los que rodean al fútbol se hace visible. Dicho más rápido, se le elogia a Suárez que sea un tipo "que vino de abajo" que juegue un fútbol "barrial", pero cuando hace gala del real sentido de esos valores mucha gente lo deja solo y menea la cabeza transformando en acusación lo que antes elogiaba: "y claro, qué querés, con el entorno que tuvo de chiquito..." dicen las almas acongojadas y caritativas.
Suárez es el mismo tipo que teniendo una operación de rodilla hacía poco se metió en la cancha y les hizo dos a los ingleses, sólo que en ese momento su temeridad fue celebrada porque, claro, metió dos goles. Si se hubiera lesionado durante alguno de esos partidos, por jugar antes de tiempo, sería héroe nacional indiscutido, mito para las generaciones venideras. Pero no.
No estoy diciendo con esto que hay que pasar por alto la mordida. Es terrible, y debía ser sancionada, por supuesto. Pero castigar con no poder siquiera entrar a una cancha a una persona que es fútbol no es cortarle las piernas - o los dientes, como dicen muchos- sino cercenarle el alma. A Suárez hay que cuidarlo, sobre todo ahora. No es el único que no debe entender la bipolaridad, la doble moral del fútbol, pero es el que más la está padeciendo. Ojalá me equivoque, pero amputarle a alguien algo tan central de su vida es muy riesgoso. Cuidémos a Suárez, en serio.

Tabárez, entendiendo antes que todos,
y haciendo lo que debe hacerse


Esa cara de tristeza es casi insoportable.



Y con esto los dejo. No me quiero perder los goles que le hacen a Chile hoy.

p.d.: Dicen que en el próximo Mundial la final la juega Catalunya. Ya veremos contra quién.



Sunday, February 2, 2014

Nada es tan simple

Al final, parece que Woody Allen también se comía a los niños…

Ok, no. Corte, corte. Vamos de nuevo.

Se viene discutiendo hace unos días el "tema Woddy Allen".

Todo esto surge a partir de la ceremonia de los Golden Globe, en la que le dieron un premio a la trayectoria, y durante la cual su ex esposa Mia Farrow y su "presunto hijo" - ese que es igualito a Frank Sinatra- tuiteaban como locos cuestionando el premio para alguien con un pasado de abusador infantil.

Luego, y como a cada Grassi le llega su Raúl Portal, Robert Weide levantó el guante que nadie le tiró y se puso a defender a Woody Allen, aportando datos que no me voy a molestar en comprobar, pero que apuntan a que todo este tema del abuso bien podría haber sido una manipulación perpretada por Mía Farrow, y los motivos que sugiere me los reservo porque, aún si fueran ciertos, son de una misoginia mezcla con cabeza de tacho que mejor ni comento.

La hija adoptiva en cuestión, por su parte, publicó una carta en The New York Times, contando cómo a los 7 años su padrastro la tocó y la besó, y como ha sido un calvario desde entonces para ella la popularidad y el reconocimiento de su abusador. El tema, de por sí aberrante, se vuelve más complejo cuando Dylan Farrow - tal es el nombre de la ahora mujer - comienza su texto de descargo preguntando "¿Cuál es tu película favorita de Woody Allen?", para luego narrar la violencia vivida por ella y terminar, estratégica y retóricamente, diciendo que su historia debería ser la película favorita de todos nosotros, en una referencia irónica, creo, a la perversidad a la que el director nos tiene acostumbrados en algunas de sus mejores creaciones.

Estos tres hechos, como era de esperar, desataron un tole tole impresionante entre quienes querían linchar a Woody Allen, quienes se preguntaban cómo mirar sus películas de ahora en más y quienes lamentaban su ahora obscena predilección por Annie Hall o alguna otra.

Todos razonando por fuera del recipiente, según mi humilde entender.

Primero, a Robert Weide le digo Raúl Portal no porque haya pruebas y una sentencia como en el caso del cura que quería hacer felices los niños, sino porque su defensa se parece bastante a la patética lucha del creador del beso oreja. Robert defiende en tanto amigo, o admirador, que casi sería peor. O sea, defiende al abusador en tanto director. Para colmo, es el creativo detrás de un documental sobre la vida de Woody Allen, e incluso del segmento que se proyectó en los Golden Globe antes del premio a la trayectoria, así que también su defensa es hacia su campito. No ha lugar.

Segundo, Dylan Farrow hace lo mismo pero al revés, y sus familiares también. Atacan al Woody Allen director en tanto abusador. Yo no soy quién para hacerle una pericia psiquiátrica a la chica, pero aún si todo esto hubiese sido una estrategia de la madre el sufrimiento es el mismo. No es necesario que te penetre tu padrastro para vivir un holocausto mental. De cualquier modo, su grito de justicia pierde en algún punto potencia en cuanto nos empieza a acusar a todos nosotros de perversos por disfrutar del Allen público, y ahí es cuando la cosa se vuelve complicada.

No es la cuestión decidir si importa más el arte o el artista. El arte tiene entidad en sí mismo, eso cualquiera lo sabe. El tema es que el embrollo lo enreda justamente Dylan al comenzar su descargo haciendo referencia a la ficciones de su padre adoptivo.

No es tampoco cuestión de persignarse discursivamente y decir rápidamente "ah, pero a mi me gustan las películas, no el tipo", porque ese argumento se nos vuelve en contra enseguida, ¿o acaso Hitler no era divino con sus perros y Videla un gran abuelo?

La cosa, como digo, no es tan sencilla. Nunca lo es. Ni siquiera la víctima lo tiene claro, cuando trata de que a su abusador no se lo celebre por su actividad artística. No me meto en eso. Debe ser durísimo que, tras que te abusaron, el que te abusó sea adorado por gran parte del planeta.

Eso no hace prescribir tu abuso.
Pero tampoco su talento.

¿vieron que no es tan simple?