Al principio me molestó profundamente que se usaran términos tales como exilio, refugiados, transculturación e incluso estress postraumático para lo que en mi imaginario no eran un más que un par de nerds. La comparación odiosa con todos los exiliados políticos los dejaba como un grupo de alto narcisismo e irresponsabilidad moral.
Sin embargo, me quedé pensando en el rol de las emociones en todo esto. ¿Podemos meternos y decirle a alguien cuándo sentirse desarraigado y cuándo no? ¿Tenemos nosotros el poder de establecer cuándo es apropiado? Definido de esta manera, el exilio sería, entonces, una sensación, una melancolía que puede tener diferentes causas históricas pero que es innegable una vez que se experimenta.
Es complicado. No puedo al escribir esto no pensar, por ejemplo, en Jorge Semprún, en Max Aub y en todos los refugiados políticos. Siempre tiendo a evaluar a esa como la "Historia", los "verdaderos tiempos para haber hecho algo", cosa que me deja en una postura cuanto menos existencialista (y que hace suspirar profundamente a mi psicóloga también), ya que mi nacimiento dista mucho de la mitad del siglo XX.
Por otra parte, nuestro presente presuntamente globalizado y altamente virtual engendra este tipo de conductas, de reclamos de resignificación para términos quizás "demasiado" cargados para los tiempos que corren.
¿Estamos alivianando y vaciando el concepto de exilio o sólo (post)modernizándolo?