O no que se ve aburrido? |
Acabo de terminar 1Q84, de Murakami, pese a que ya a la mitad del libro lo quería dejar (esas compulsiones a terminar todo propias de demasiados años en la academia). No entiendo cómo, si don Haruki ya estaba aburrido a la página 500 - créanme, se le nota-, siguió 500 páginas más (inserte aquí chiste sobre la paciencia oriental), pero en fin, el comentario del libro en sí vendrá en otro post.
Algo que me llamó la atención, sin embargo, fueron las protagonistas de la novela y su cercanía con Lisbeth Salander. Existe, pareciera, un nuevo giro en la representación de las mujeres común a esta novela y las de Larsson, un giro que no sólo las describe como poderosas heroínas - todas a su modo son activas y salvan al muchacho objeto de su amor - sino como alejadas de los modelos corporales y sociales de feminidad tradicional (lo cual no deja de ser un acierto, por fin tenemos heroínas que "saben" que no se puede salvar el mundo en tacos altos!!)
En el caso de Larsson, sabemos, su Lisbeth es marginal por donde se la mire (y la mirada acá toma un sentido más global. Los tatuajes y los piercings no tienen nada que ver con esto, aunque sí se explican psicológicamente en la trilogía); conoce las normas de educación y cortesía pero no las sigue, elige oficios ilegales, no le hace asco a la violencia - cosa de por sí problemática, pero eso para otro día- y se encuentra a una respetable distancia física y emocional del mundo. Existe, incluso, un momento en el tercer libro en el que activamente manipula su rol de paria y las expectativas de ese rol en los demás. Es cuando para asistir a su juicio se "disfraza" de marginal (y que es parte también de la estrategia de la abogada defensora, que es la hermana de saben quién? Blomkvist!).
Sin embargo, también en el tercer tomo se da un punto interesante en torno a su feminidad con el tema de la cirugía estética (no adelanto! no adelanto!), lo cual a mi juicio, lejos de contradecir el personaje, lo completa porque lo complejiza.
De cualquier modo, es claro que Lisbeth marca su distancia con el mundo en general y las mujeres en particular desde su propio cuerpo - de vuelta, no sólo los elementos decorativos, sino la forma de su cuerpo en sí- hasta sus "performances" sociales
En 1Q84 a falta de una, tenemos dos mujeres en la misma línea. Primero, la preadolescente - categoría de por sí inquietante - Fuka Eri. Y luego, claro, Aomame, la protagonista.
No hay peli todavía (todavía), pero les dejo algunos dibujos de los fans para que se vayan haciendo una idea |
Fuka Eri es descrita siempre en términos de su erotismo inconsciente. Algo tiene que ver su naturaleza ambigua - ¿es, al final, una dohta?- y algo más algunas experiencias traumáticas que no adelanto tampoco. Sumado a eso, esta nena es capaz de llamar la atención sobre sí misma por medio de un manuscrito de una novela que está terriblemente mal escrito, pero que tiene algo que pone en marcha casi todo lo que pasará en el libro. Como Lisbeth, no ha tenido una educación formal completa, y le cuesta leer, pero al mismo tiempo compensa con otro tipo de habilidades que no son hasta ahora evaluables por medio de ninguna prueba estandarizada ni tradicional (de hecho, de las dos se dice en algún momento que a los otros les sobrevuela la sospecha de que tengan algún tipo de discapacidad) como sí lo es el paso por las instituciones educativas.
Aomame |
Aomame, por otra parte, es una mujer de treinta, independiente económicamente y que vive sola en el sentido más absoluto de la palabra. Además de su aislación social, como Lisbeth, tampoco le hace asco a la violencia, aunque en este caso es mucho más aséptica. Lo curioso, o quizás no tanto, es que su cuerpo es representado en términos análogos a los de Lisbeth; no tiene formas "femeninas" y las dos tienden a ser desgarbadas. Por otra parte, a Aomame también la aquejan las mismas preocupaciones que llevan a Lisbeth a una cirugía (y que me sorprendió mucho encontrar en una heroína oriental, dicho sea de paso). Ambas están involucradas en actividades ilegales, pero las dos justifican su accionar bajo su particular sentido de justicia.
y aparte los rayos que le salían de la espada eran mucho mejores que los del muerto de He-Man. |
Lo sugestivo en estas nuevas heroínas es, creo, por un lado las coincidencias en las representaciones del cuerpo, y por otro la relación implícita que se establece entre estos cuerpos y la postura activa frente al mundo.
¿Se tendrán que retirar Bellota, Burbuja y Bombón?
* no soy ni la primera ni la única en tener esa lectura de ese episodio de de She-Ra. Abundan en la red artículos sobre este personaje y el feminismo, tanto a favor de la relación ( este) como en contra (este otro).
Buenísimo post. Comparto lo de She-Ra (consideremos que el alter-ego de He-Man, con su corte Carlitos Balá - puede moverse el acento para aumentar la carga significativa - no lo ayudaba mucho en su construcción heroica). Habría que ver cuánto de esta nueva representación de la heroina tiene que ver con un fenómeno de mercado que anda buscando en los márgenes aventuras novedosas para un público aburguesado que busca emociones de manera segura. Estas heroínas, Lisbeth, por ejemplo, ¿no son los objetos de rechazo clásicos del macho y de la señora medio pelo conservadores? Abrazo desde el sur del mundo.
ReplyDeleteExacto! Yo no lo pudiera haber dicho mejor! Por supuesto que eso sería un modelo que reemplaza a otro, y como tal son los dos construcciones con sus aciertos y limitaciones. Creo que, justamente, ahí está el riesgo, en saber si tenemos la posibilidad de poder medir hasta qué punto es una provocación y hasta qué punto esa provocación pide que nos alineemos con ella.
ReplyDeleteSaludos, señor Vuela! Un orgullo tenerlo paseando por acá! :)