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Sunday, June 9, 2013

Conmigo no.

Siempre me pasa lo mismo con los best-sellers. Por un lado, me da mucha pereza leerlos, pero por otro siento curiosidad por ver qué es lo que engancha a tanta gente - o lo que dice la gente que la engancha, es sabido que no todos los que compran un best-seller necesariamente lo leen - respecto a un libro, cosa que por sí agradezco y envidio.
Ayer, por ejemplo, vi la segunda película de Harry Potter y avancé un poco, lo que pude, en la lectura de 50 Shades of Grey (o 50 sombras de Grey, como vergonzosamente se ha traducido, dejen de abusar del google translate y páguenle a la gente que estudió para eso!). De una de las dos cosas voy a hablar hoy...

Sí, de 50 shades, obvio!

Es la segunda vez que agarro el libro. La primera no pude llegar siquiera al primer encuentro sexual, de tal manera me aburrió. Hace unos días estrenaron un musical que parodia la novela, así que le di otra oportunidad. Llegué al primer encuentro, pero no creo que dure mucho más. O sea, mi lectura es sesgada, lo admito, pero ya con el 32% del libro leído - Kindle y sus datos útiles - puedo decir algunas cosas.

Primero que nada: escribir literatura erótica es difícil. Muy difícil. No sólo hay que poner en palabras algo que resulta a veces muy transparente y remanido, sino que hay que hacerlo bien. La estrategia del libro es que esa cosa transparente, esa cosa que todos hacemos pero no todos escribimos, te la cambia por algo que no todo el mundo hace. Es una buena jugada, lo admito, pero sin embargo...

Lo malo: El libro parece, en algunas partes, escrito para hombres, aunque aparentemente se lo ha vendido como para mujeres. Eso solo ya me parece, más que interesante, problemático. Voy al grano. El episodio de la pérdida de la virginidad de Anastasia - la protagonista - es claramente falseado, y orienta la interpretación hacia lo que su amiga Kate dice después, sobre qué suerte ha tenido de arrancar con un tipo como Grey (aunque su amiga no le da el más mínimo detalle).
A ver, vamos por partes. La Anastasia esta es una mina que es virgen, pero re virgen: no ha tenido ningún tipo de intimidad con nadie, salvo dos besos. No sabe cómo masturbarse, no conoce su propio cuerpo o placer. A esta tipa la agarra Grey y en media hora la deja lista para el consumo, además de provocarle orgasmos a voluntad (de él, no de ella). Esto, sin entrar a considerar que todos los "atributos" de Grey que Anastasia comenta con admiración habría que ponerlos en tela de juicio, dicho más en limpio: ¿cómo sabemos que Grey carga un arma de semejante calibre si es la primer arma que Anastasia ve en toda su vida? (qué fina estuve!). Bromas aparte, se establece un patrón de la experiencia de la pérdida de la virginidad que no sólo no tiene nada que ver con lo que orgánicamente es esperable en una experiencia real - y, obvio, el libro juega con esto, ya que le anota millones de porotos a Grey, y saben por qué? Porque el 99% de las mujeres no ha tenido esa experiencia - sino que, y esto es lo que me preocupa, genera falsas expectativas para las Anastasias de este mundo. Es por esto que digo que parece escrito para hombres; porque cumple la fantasía - que también cumplen las películas porno, dicho sea de paso- de la infalibilidad masculina. O sea, mientras la mina se deje, se le puede hacer de todo, y la va a pasar bien, espectacular, de hecho, sino mirála a Anastasia. ¿Tengo que aclarar lo peligroso que puede ser una percepción de este estilo?

Lo obtuso: Por otra parte, el Grey este es un macho alfa - de hecho, Anastasia lo llama así a sus espaldas- que no sólo está bueno, sino que tiene plata para tirar manteca al techo - y quizás la tiren, no terminé el libro, je - y poder sobre un montón de personas. Anastasia, por su lado, es una pobre estudiante. O sea, la fábula del príncipe rescatando a la pobre ilusa, una y otra vez. ¿Es Grey super macho porque tiene plata o porque tiene poder? ¿Qué tiene que ver eso con que sea aparentemente buen amante?

Lo bueno: Hay algo que sin embargo la novela logra muy bien, y creo que ahí también está la clave de su éxito. La narración establece explícitamente el vínculo indisociable entre la excitación femenina y la imaginación. Al estar narrada desde el punto de vista de Anastasia, se nos invita a los lectores a caer en las redes de Grey, y es allí donde reside el "poder erótico" del libro, en seguir las fantasías de la protagonista. Más allá de que uno elija dejarse llevar por las percepciones de Anastasia o ser una pesada como yo, los vaivenes hormonales que se le desatan con una mirada, una llamada o lo que sea están muy bien trabajados, y creo que ése es un gran punto de la novela.


Por supuesto que en mi lectura he quedado en el umbral de lo que realmente es el libro, y que es el vínculo bondage que se establece entre ellos. Ni pienso meterme ahí. Y que se entienda, no tengo nada en contra de este tipo de vínculos. Si algo es consentido, yo no tengo nada que decir. Pero de ahí a venderle a millones de mujeres que el ser sumisas les va a garantizar un buen orgasmo es, como mínimo, discriminatorio. Habemos quienes no podemos bailar bien tango o salsa o lo que sea porque nos cuesta que nos "lleven", ¡imagínense si tengo que evaluar mi futuro basado en esta novela! ¡Me hago monja! Bueno, las monjas, de hecho.... bah, mal ejemplo.



De todos modos, si me buscan, voy a estar leyendo otra cosa.

Wednesday, March 6, 2013

El idioma de los argentinos

Tenía este post pensado para más adelante, pero hoy algo pasó que me hizo sentir la necesidad de escribirlo. Mis ideas eran:


  • No hace falta ir muy lejos. Cualquier espacio virtual que se abra a opiniones los contiene. Insultos. Agresiones. Neologismos "k", como kakista, kretina, kk, etc.
  • Más cerca, incluso, nos encontramos con otra fase del lenguaje, la de los nenes de 3 años que todavía están aprendiendo a silabear y entonces todo es opo, corpo, etc.
  • En el medio, como si esto fuera poco, cataratas de datos falsos, de seriedades impostadas y de inocencias fingidas, como las que se toman en serio las ironías y las repiten como loros indignados, haciéndolas, si se puede, aún más irónicas.


Estos eran, a grandes rasgos, los tres conceptos sobre los que iba a versar el post que tenía pensado escribir, probablemente con un final pseudo-apocalíptico pidiendo que aprendiésemos a hablar, no desde un purismo facho y repelente, sino desde la humilde postura de quien sueña con que se debatan ideas y no consignas, de un lado, del otro y del medio también.

Sin embargo, hoy algo pasó que me urgió a escribir esto (y pido desde ya disculpas si la estilística no me acompaña)

Resulta que se murió Chávez. Y resulta que una amiga mía - compañera de banco de la secundaria, madre hoy de una beba hermosa y otro/a en camino, las bondades del facebook que nos hacen saber estas cosas - colgó una frase que se leía en muchos lados, y que dice:

"Murió Hugo Chávez 
y Cristina Kirchner
decreta 3 días de duelo. 

Murieron 51 personas 
en la tragedia de Once 
y desapareció una semana."

Confieso que mi reacción fue un impulso y no lo pensé mucho. Busqué en Clarín - para darme más "verosimilitud" - la nota en que se hablaba del duelo nacional por la tragedia de Once y pegué el link en los comentarios. Sin pensarlo, de nuevo, sin insultar y sin polemizar.
Confieso también que me angustié el segundo después de haber pulsado enter, ya que no quería entrar en polémicas, pero me parecía que si la frase implicaba lo que yo creía entender que implicaba era incorrecta, y si implicaba otra cosa, entonces estaba mal escrita, y decidí que mis argumentos iban a girar sobre ese tema y nada más.

No me fue necesario esgrimir ninguno.

Mi amiga leyó el link. Puso me gusta. Y debajo comentó:
"me retracto"

Nadie insultó a nadie. Nadie trató de nada a nadie. De hecho, no quise poner me gusta en su comentario para que no diera una impresión revanchista, porque lejos de mí está ese sentimiento. Me embarga, sin embargo, una esperanzadora alegría. No sé ustedes, pero para mí es maravilloso esto que pasó.

Tenemos un futuro. Tenemos, mejor dicho, una capacidad de futuro.
Y no es kk, ni opo, ni corpo, ni pipí, ni popó.
Es argentino, y está ahí.
Sólo tenemos que decidirnos a hablarlo.

Saturday, January 26, 2013

Vivir en USA

Cada tanto escucho, o leo, cuando trato de expresar mi opinión sobre Argentina, el típico o típica que me dice "ah, pero vos vivís en USA, allá es distinto"

Déjenme decirles un par de cosas (o cositas)


  • Acá en USA, con un título de grado y uno de posgrado, gano 1300 dólares al mes - si quieren hacer la conversión la hacen, sino les digo que un cajero de WallMart gana más, para que se den una idea- y eso me ubica bastante por debajo de la línea de pobreza, tanto, que cada vez que tengo que renovar la visa me tengo que inventar "fondos adicionales" porque según el Estado con eso no se puede vivir. Los únicos en la Universidad que ganan menos que nosotros son el personal de limpieza, que en este momento también están reclamando por un sueldo digno, y vaya desde aquí todo mi apoyo con eso.
  • De todos modos, tengo que estar calladita y contenta, porque en los papeles me pagan muchísimo muchísimo más; es el famoso tuition waiver; a pesar de que es una Universidad pública, me pagan la matrícula, matrícula por la cual muchos estudiantes yanquis sacan créditos que terminan cuando tienen 50 años, habiendo pagado 6 veces más de lo que pidieron, claro. La oportunidad de tener uno de estos tuition waivers es más grande cuando estás en el posgrado, dicho sea de paso...
  • Vivo en una ciudad de 30.000 habitantes (que llega a 70.000 si le contamos la ciudad hermana), y sí, es cierto que por algunos lados puedo caminar de noche sin que me pase nada, y que puedo abrir la laptop en un café. Pero por suerte uso pocos buzos, nací de 1,53 y de tez clara, porque sino sería acusada de cualquier crimen que anda dando vuelta. Tenemos un sistema de CRIME ALERT que te manda un email cada vez que pasa algo, y en el que casualmente el sospechoso es siempre un afrodescenciente, de 1,70 más o menos, y con un buzo con capucha. O es un sólo tipo malo, malísimo, que aterroriza a la ciudad, o no sé qué pasa....
  • Ni se te ocurra suicidarte en primavera, o enfermarte en un fin de semana. El hospital de la Universidad cierra el viernes a las 5 de la tarde o así y vuelve a abrir el lunes a la mañana. Claro que hay otros hospitales, pero te juro que te sentís mejor enseguida cuando sabés que 3 minutos en la guardia te pueden salir hasta 50.000 dólares (les conté cuánto gano, no?) Obama, el señor presidente de Estados Unidos, está tratando desde hace años de implementar completamente un sistema de salud para que la gente que no tiene o no puede tenga la posibilidad de atenderse en un hospital de todos modos (les suena eso de algún lado?). No se dan una idea del quilombo que tiene con eso.
  • Dicho esto les cuento que me disloqué el hombro, con la puta suerte de que eso pasase un jueves a la tarde. El hombro volvió solito a su lugar, pero todavía duele un poco. El viernes tuve que ir a laburar (ah, no les conté! no podemos tomarnos días, tenemos que sí o sí buscar un reemplazante o ir laburar con la mejor cara) y para cuando salí el hospital ya estaba cerrado. Tengo turno el martes, ojalá no sea nada...


Ok, ya sé, nadie se queda en la Universidad para hacerse rico, eso es así en cualquier parte del mundo. De todos modos, todo esto no me molestaría si supiese que lo que me falta a mí se lo estuviesen dando a gente más necesitada que yo, que lo que no me paga esta Universidad pública lo usase para, digo, por ejemplo, solventar un sistema público y gratuito de salud, o para mejorar la condición de otros inmigrantes.
Sé también que hay muchísimas cosas buenas, y que soy una privilegiada en muchas cosas - por tirarles sólo una de muchas, estudio literatura, y tengo a mi disposición la segunda biblioteca pública más grande del país, y este es un país con grandes bibliotecas, no se crean Jersey Shore- y cualquiera que me escuche sabe que soy una defensora de nuestra situación, que es a las claras mejorable en millones de aspectos, pero que también es genial en tantos otros (a ver, me pagan por leer, entienden?)
Todo esto lo traigo a colación sólo para que vean desde qué contexto opino cuando digo que la verdad no me molesta para nada que haya ciertas restricciones si eso significa que hay mejoras en la gente de la que nadie se ocupa (*) . Esos son los que me importan a mí, aquellos cuya dignidad no es algo incuestionable o tautológico porque viene desde la cuna. Esos a los que desecharon sin tirar la cadena durante los 90s, que siguen vivos, que siguen teniendo hijos y que son tan argentinos como cualquiera, o más argentinos que ninguno, aunque no los confundiesen con europeos en Punta del Este.
Sé que nuestro gobierno actual tiene millones de falencias - y es curioso cómo la oposición no puede verlas, y se empecina en relatos mitológicos a los que somos tan afectos los argentinos.. pero eso para otro día - como todo gobierno por otra parte, pero intentar dignificar al pueblo no es una. Queda muchísimo por hacer, el mal que aqueja a la Argentina es la extensión, decía Sarmiento (un nene que encontraba la solución en matar indios e importar alemanes, hoy sería candidato del PRO junto con Rocío Marengo), y quizás no sea la extensión geográfica, sino la que se da entre argentino y argentino. Yo apoyo un gobierno que se dedique a achicar eso.
Y eso que hablo desde USA, aunque desde Illinois y no Miami, claro.




(*) Ah, y por cierto, yo también tengo plata en Argentina que no puedo cambiar a dólares, eh?

Monday, October 29, 2012

Nudillos sangrantes

(sí, sé que debo un post sobre los narcos. Estoy en eso, pero es que me salen imbéciles al paso..)

Sacáte, macho.
Bersuit


Semanas ambiguas las anteriores. Por un lado, me dieron unas ganas bárbaras de ser hombre para romperle la cara a un idiota que se tomó la guerra de Malvinas como un chiste. Por otro, en una de esas geniales coordenadas que mucha gente suele llamar destino, tuve el honor de conocer una persona que me enseñó - y, creo, me va a seguir enseñando- mucho. Con él comenté el hecho de que me da miedo volverme autoritaria, en el sentido de que cada vez me da más pereza escuchar boludeces, y entonces me voy cerrando a eso. "No permitas que te acusen de eso", me dijo. Para él el siguiente post. Y para el idiota que salvó su cara por haber nacido yo mujer, también.

Debo aclarar, también, que en este post va a aparecer mi cara, como para dar prueba fehaciente frente a las imbecilidades que andan circulando sobre el Nunca Más.

Bien, hoy me desayuné que una señora que escribe en la Nación (acá lo pueden leer) dice que el gobierno "le roba a los muertos", porque no aparece la firma de Ernesto Sábato en la nueva edición del Nunca Más.
Varias cosas antes de desmantelar semejante idiotez.
Primero. Ernesto Sábato no escribió el Nunca Más. Sí, presidió la CONADEP, y sí se puso para la foto, cosa que podemos discutir en profundidad otro día. El autor del Nunca Más no es él, sino los cuerpos y los testimonios de quienes atravesaron y siguen atravesando - no los vamos a dejar solos nunca!- la salvajada del terrorismo de Estado.
Segundo. La señora se queja también de que ahora haya otro prólogo que se ha puesto antes del que supuestamente escribió Sábato. La señora debería leer más libros, porque es una práctica común y hasta aconsejable en ediciones posteriores de cualquier obra. Qué sería del Martín Fierro sin sus prólogos, me pregunto...
Tercero. Decir que se "roba a los muertos" en referencia a Sábato, cuando el Nunca Más justamente es un monumento a la injusticia y a los que no han podido aún hoy ser recobrados es de una mezquindad que sólo puede ser aligerada por la ignorancia supina.

Bueno, vamos a los hechos, ahora.
Acá les dejo una foto con la edición de 1984 del Nunca Más (mi copia está en Bahía Blanca). Luego tienen otra foto de mi persona sacándole a su vez una al prólogo, y, por último, el prólogo así como aparece.
























Ojalá esta idiotez sirva a otros para revisitar el Nunca Más. Yo no necesito eso, porque yo sí lo leí, y sí sé de qué va.
Para bajar un cambio, me acuerdo que cuando salió una de las novelas de Dan Brown - El Código Da Vinci, creo- hubo un representante de la Iglesia que dijo que sólo en una época de una ignorancia tal como la nuestra un argumento de este estilo podría tener cabida.

Quién me iba a decir que iba a estar de acuerdo con la Iglesia algún día.
No sean boludos de libros - acepción criolla del ibérico "tontos del culo"- y vayan a las fuentes. Y si esto ya los convenció, qué tal empezar a revisitar otras giladas que deben andar repitiendo?


Tuesday, October 9, 2012

Públicoprivado

Hoy, martes 9 de octubre, las Abuelas de Plaza de Mayo van a anunciar a la tarde la recuperación de su nieto 107.
Hoy, martes 9 de octubre, en la ciudad de Buenos Aires se quiere vetar el aborto no punible.

Espeluznante es tratar de ver relaciones entre uno y otro. Por un lado, se hace pública la recuperación de un nieto, robado impunemente a escondidas en el marco de la ilegalidad. Por otro, se quiere vetar un derecho público, forzando a lo privado a entrar en la ilegalidad (a ver, no creo que ninguna de las personas a las que les gusta repartir fotos de fetos pueda pensar seriamente que un veto va a terminar con los abortos, verdad?). En un caso gana la justicia que recupera el derecho a la identidad. En otro, bueno...

Siempre me ha llamado la atención el relativismo, por ejemplo en lingüística, sobre todo con los insultos. Ejemplo: yo puedo decir chinga o pinche y la verdad es que no me genera nada, pero si se lo digo a un mexicano el poder de mi palabra cambia completamente. Es fascinante, realmente.

Lo mismo me pasa con el tema del aborto. Vivimos en una sociedad que se considera de avanzada - la pequeña Europa de Latinoamérica, como algunos se han enorgullecido en llamarla-, gay friendly, con matrimonio igualitario, con artículo 14bis (no vivo en Argentina, y no saben cómo lo extraño), con ley de identidad de género, etc. Un país en el que el problema social mas "acuciante" para algunos es no poder comprar dólares, al punto tal que equiparan eso a una libertad o garantía constitucional. Y sin embargo, el aborto sigue siendo un tema tabú, un tema que arrastra fantasmas más poderosos de lo que nos atreveríamos a considerar - y eso les otorga aún más poder, obvio- y entonces no se debate - si es que queda algo por debatir, realmente- no se legisla, se veta, y ahí andamos...

No sé de leyes, pero me suena que el aborto debería ser un derecho público regido en lo privado. Es decir, si tu "conciencia" no te deja, no lo hacés, pero si tus circunstancias son otras, debería poder tenerse el derecho a accionar como a uno le parezca o necesite. Que quede claro: nadie aborta alegremente. No creo que haya nadie que se ande colgando cordones umbilicales al cuello, como hacen ciertos cazadores con los dientes de sus víctimas (y si de última lo hubiere es un tema, de nuevo, privado) De por sí el aborto es una experiencia traumática. De todos modos, si alguien prefiere llevar a término un embarazo no deseado o inviable - con lo hermosa y reconfortante que esa experiencia debe ser- también debería estar en su "derecho". Lo que no se debería hacer es prohibir lo contrario, porque ahí sí que estamos cercenando la igualdad.

Que el aborto sea legal no implica que se vuelva obligatorio. Lo mismo se temía o especulaba en el 87 con la ley de divorcio, y no salieron todos a divorciarse, que yo recuerde.

Claro, la diferencia está en que los hombres sí que pueden divorciarse.


Thursday, October 4, 2012

Quiero creer...

Quiero creer que en esta época de la banda ancha y los recontra megas de velocidad, mucha gente le da al "me gusta" o "compartir" en facebook sin pensarlo dos veces y, como es tan rápido, sin pensarlo después. Siempre hay otra cosa para hacer.

Quiero creer que no es en serio, que no podemos habernos olvidado tan rápido de lo que aprendimos en Instrucción Cívica sobre las garantías y los derechos constitucionales. Yo hoy fui a buscarlo, me quedé leyendo la Constitución un rato. Tenía otras cosas que hacer, pero me pareció necesario.

Ricardo Piglia dijo una vez algo así como que la lectura es una actividad cada vez más anacrónica, porque necesita silencio y horas. Quiero creer que algo de eso hay en la mera repetición de consignas -"me gusta", "compartir"- en lugar de la articulación de la cosecha propia.

Ayer muchos de mis interlocutores, válidos e inteligentes ellos, gente formada que bien le vendría a las filas de la oposición que comparten, estuvieron callados, sin hacer referencia a la chicaneada cobarde y vil. Me reconfortó, lo confieso. No creo poder sostener una discusión con alguien que estuviese en contra del sistema democrático. Es como si me crecieran branquias, y ellos todavía con pulmones. No podríamos hablar de respiración, estaríamos refiriéndonos a cosas muy distintas.

Me reconfortó ayer, dije. Hoy no, hoy quiero más. Hoy me pregunto qué significa ese silencio, ese no meterse, y me da un dolor de panza que ni les cuento. Quiero creer que ayer se quedaron sin internet, sin acceso a nada de lo que estaba pasando. Que se entienda, no pretendo que nadie apoye un régimen que no apoyaba antes, pero sí tenemos que defender respirar con los pulmones. Es básico, no?

Quiero creer que sabemos de que hablamos cuando decimos democracia, y que los que dicen diktadura - o cualquier otro neologismo k- no quieren decir dictadura, ni proceso de reorganización, ni nada de eso...

Argentina, de todos modos, otra vez nos dió una cachetada, un correctivo, un "wake up call", como dicen los yanquis. Frente a los que ayer pedían golpe de estado, se anuncia hoy otro desaparecido más en democracia. Hace unas semanas también sonaba la palabra dictadura en las plazas públicas - oxímoron si los hay-, un día después de una condena ejemplar a los criminales de la última salvajada.

Quiero creer que hay mucha gente frustrada, por las razones que sean, y que esa frustración no deja ver el bosque. Quiero creer, como dije, que hay un exceso de velocidad, y que quien no trabaja sobre los discursos muchas veces no está atento a sus consecuencias.

Quiero creer.

Friday, June 8, 2012

Tachín tachín


En diciembre de 2001, yo no salí a cacerolear. Se respiraba un clima de novedad inminente, como cuando hay esa humedad que tanto les gusta a las arañas.
Yo salí con una cámara, la cámara de mi viejo, una Voigtländer que espero heredar dentro de muchos milenios. Bahía Blanca, se sabe, no es una ciudad muy adepta a las manifestaciones - facha, lisa y llanamente, y trístemente célebre mundialmente por el pasquín local, que carga orgulloso con la característica de ser el único diario que sigue defendiendo la dictadura en democracia - pero algo se venía, estaba en el aire y esta vez no era la petroquímica.
Saqué algunas fotos ese día. La plaza Rivadavia estaba mitad llena mitad vacía, pero la parte optimista me sirvió para llenar las 36 fotos de mi rollo.
Cuando fui a buscar los resultados del revelado - esas sensaciones en la panza que se han perdido con la era digital- descubrí que la Voigtländer otra vez me hacía un corte de manga, o me decía, directamente, ignorante; el rollo no había "enganchado" y, por ende, las 36 fotos se habían expuesto en un mismo negativo.
No voy a mentir, me dio una bronca terrible y una frustración que casi me lleva a las lágrimas. Sin embargo, al rato pensé que esa foto multiexpuesta quizás tuviera más cosas que decir que sólo la palabra boluda. En efecto, la superposición de banderas argentinas con declamaciones varias, botas (siempre botas en Bahía Blanca) y el edificio de la municipalidad implicaba un sincretismo que de algún modo también aportaba una interpretación de aquel diciembre. Había en esa superposición algo muy genuino de lo que pasó a fines del 2001.
(Sé que ahora debería mostrarles la foto. Bueno, está en Bahía Blanca, por ahí. Algún día la escanearé y la postearé acá o en algún otro lado. Ya lo saben, si tuviera el ego suficiente, hace rato sería artista, pero no es el caso, jódanse)
En estos últimos días estuve pensando en esa foto "plurisignificante" - sí, aprendí esa palabra en la Universidad del Sur,  en Introducción a la Literatura -, en sus circunstancias, y en las continuidades y rupturas con el "cacerolazo" de los últimos días (y voy a seguir poniendo comillas por razones que ya explicaré)
En diciembre de 2001 la gente salió a la calle a reclamar por muchas cosas, entre ellas sus ahorros acorralados. Hubo gente que no pudo sacar la plata para ser transplantada y murió por eso, hubo gente que también - horror!- tuvo que veranear en playas argentinas ese año. Hubo gente que sacó sus ahorros a tiempo, porque le avisaron, esos siempre están.
Un año después, un periodista que tenía un programa en la tele y que responde al nombre de Jorge Lanata pero seguramente no es el mismo de ahora, puso al aire un informe en el que una nena, Barbarita, lloraba de hambre en Tucumán. Nadie salió a cacerolear por eso.
Ahora, 10 años después, grupos de personas agarran lo que encuentran a mano en la cocina y se juntan en la plaza a hacer ruido para poder comprar dólares. Lo siento, me resisto a decirle "cacerolazo" a eso, como también pensaría que - ay de mi cabecita alocada- si pusieran las patas en la fuente sería para prepararse para la pedicura y no un acto de resignificación peronista. Pueden patalear, hacer tachín tachín y subir sus fotos de plano corto a la red social que quieran, pero eso no es cacerolazo. Para eso les está faltando gente, no sólo en número, sino gente diferente a ustedes.
Algo tiene que quedar claro: es muy probable que entre esas personas haya alguno que también caceroleó en el 2001 porque no podía cambiar el auto con sus ahorros acorralados. ¿Es lo mismo?  Bueno, no... aunque tal vez sí, un poco...
Para decirlo más corto, (oli)garcas hubo siempre, y siempre los habrá. Los dueños de cada país, esa clase que está siempre por detrás de todo proceso democrático (no lo digo yo, lo dice Rancière, y mucho más lindo que yo). Gente que mide el progreso por hectáreas, o toneladas de soja. 
¿Tienen derecho a quejarse? Y sí, eso es innegable, tienen derecho a manifestarse, a expresar su opinión, es parte de esa democracia en la que vivimos. ¿Es eso que hacen un cacerolazo? Mmmmmm....
Hay que entenderlos, también. Parte de esa gente está un poco desorientada, ya que en otros momentos históricos no tenían ni siquiera que ponerse a buscar dónde guarda la muchacha los adminículos culinarios. Pasa que ahora el número de las botas se encuentra desconectado o fuera del área de cobertura (por suerte!, bah, por gestión!)
Todo esto me lleva a pensar, de vuelta, en la indomable Voigtländer de mi viejo. Si pudiera estar en Argentina, saldría con esa cámara de nuevo. Quizás esta vez, con los años, podría enganchar bien el rollo. Quizás no, al fin y al cabo llevo años sacando en digital. De cualquier modo, me resulta muy difícil imaginar que en la foto revelada se pudieran ver los distintos matices que había en la del 2001.
Cacerolazo, señores, no significa solamente gente estrellando artefactos de cocina, o, al menos, no es ése su único requisito. No tengo nada, absolutamente nada, contra la libertad de expresión. Sí, sin embargo, con la perversidad innata en querer vender algo como lo que no es, en hacer pasar gato por liebre, o tachín tachín por protesta popular. Pueden estar indignados con el gobierno, entiendo que razones les sobran. Pero eso no les hace ser indignados. Hasta mis alumnos de primer año de español saben reconocer la diferencia.