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Sunday, October 30, 2011

Pasa en la vida, pasa en el cine...

Halloween...

No voy a entrar en consideraciones respecto de la necesidad imperiosa que observo en mucha gente de transformar su disfraz de "slaughty (insert name)" en "drunken slaughty (insert name)" porque las moralidades no son lo mío, y es además un punto por demás remanido...

De todos modos, hablando de disfraces, unos días antes de esta fiesta del cambio (pero no del carnaval, al menos no en el sentido bajtiniano, o sea, los losers siguen siendo losers y las cheerleaders siguen siendo... pero con ropa de otro color) hubo una campaña en facebook de gente bienpensante esgrimiendo lo estereotípico de algunas opciones, aquí algunos ejemplos:




Un punto definitivamente escuchable y justo, a qué negarlo. 

Esta señorita, bah señora

En mi caso, decidí optar por un personaje de ficción. Hacía rato que se me había ocurrido ir de Mia Wallace a algún Halloween, no sólo porque el disfraz es relativamente fácil y barato, sino porque hay algo en esta señora de mafioso que definitivamente va con la idea de la fiesta. Si no me creen, recuerden la escena en el restaurante con Vincent Vega, en la que ella desmitifica la historia del foot massage - no les voy a contar toda la peli, si no entienden de qué estoy hablando, vayan a verla y ya está - y al mismo tiempo, o al menos así lo vi yo, evidencia los prejuicios de género en personas que han visto demasiadas cosas como para mantener algún prejuicio en pie (sí, ahora que lo leo, eso lo sólo vi yo, no hay dudas). En definitiva, su personaje tiene todos los ingredientes que ahora los adolescentes adoran (creo) en los vampiros: es efectivamente seductora, pero si le tocás un pelo podés salir disparado por una ventana, aunque ella minimice y haga como si no..
Volviendo a lo práctico, el hecho es que con una buena peluca (o corte de pelo, cosa que también barajé, pero por suerte no hice, ya verán por qué), una camisa blanca y unos pantalones negros ya uno está listo. Para agregarle un poco de dramatismo, me puse sangre en la nariz y llevé a todos lados mi jeringa hipodérmica. El resultado fue más o menos este:

Sí, lo se. La peluca es
demasiado larga
Una vez llegados a la fiesta, menos del 20% de la gente que estaba ahí supo de qué iba. Me encontré con mucha gente que sonreía al saludarme y luego de dos o tres minutos de conversación intrascendente agregaba: por cierto, de qué vas?
Ok, además de la frustración infantil - a nadie le gusta que no le reconozcan el esfuerzo de apartarse de lo slaughty y llevar un disfraz "con contenido"- me puse a pensar en qué extraño resultaba que los americanos no reconocieran íconos - Mia Wallace, no yo, se entiende- de su propia cultura. Al fin y al cabo, yo vi Pulp Fiction en Argentina, años después de que hubiese sido estrenada con gran éxito en Estados Unidos. ¿Por qué son capaces de reconocer una geisha y no algo que produjo uno de sus mejores guionistas (lo de director lo podemos discutir)? ¿Será que la campaña de los bienpensantes al final tenía un punto mucho más justo de lo que me había imaginado en un principio?

Me fui de la fiesta. Estaba aburrida (yo, la gente parecía pasarlo bien).

La próxima voy de monja y ya está.

Sunday, October 2, 2011

¿Qué necesidad?


El otro día saqué esta peli. Había visto el póster en el cine hace un tiempo y pensé que era lo que mi fin de semana necesitaba. Quería una comedia más o menos pasatista para un sábado a la noche, pero siempre me termina pasando lo mismo. No sólo no me causó gracia sino que me aterraron los sistemas de valores que tan sin cuidado sostienen y mantienen en You Again.
Les resumo un poco de qué la va: una chica que "ha triunfado en la vida" - o sea, gana bien, pero oh! no tiene novio, "tanto no habrá triunfado al final"- vuelve a su pueblo natal para el casamiento de su hermano, y para descubrir que la novia en cuestión es su recontra-archi-enemiga de la secundaria (que nadie ha reconocido hasta ahora, por otra parte, bien por la comunicación familiar)
Empiezan estas dos una lucha de poderes y la hermanita termina arruinándole el casamiento al hermano porque no puede creer - o superar- que la mala de la secundaria pueda tener algo bueno como para casarse con su hemano. Sumado a esto, una historia paralela - porque esto te puede pasar a cualquier edad, se supone - entre la madre de la chica abusada en la escuela y la tía de la novia, las cuales aparentemente han tenido un problema de pantalones -ajenos- en su adolescencia. Por supuesto, todo termina bien, hay boda - ¡claro que sí!- y parece que la chica también va a ligar un novio para completar su camino de éxito y autosuperación.
Ahora bien, además de que la peli no me causó ninguna gracia (no es graciosa, en serio) es indispensable pensar algunas cositas que da por sentado:



  • toodo lo que te pasa en la vida está digitado por lo que te pasó en la secundaria: ¿en serio? Justo el momento en el que menos criterio tenés, por las hormonas y tal, es el definitorio de lo que vas a pensar de la vida. Nacemos, pubertad, y desde ahí adolescencia hasta el cajón, señores. Cualquier atisbo de madurez es sólo una máscara, como la de las pestañas.
  • ser exitosa significa ganar bien, tener lentes de contacto, fuera ortodoncia y un buen corte de pelo (y una posibilidad de un novio al final, no te creas, porque sino el éxito no es completo) O sea que el éxito se define por la productividad económica y la fertilidad, obvio. De todos modos, lo económico queda eclipsado por lo emocional, ya que la mala es enfermera y la otra tiene una carrera, pero eso no implica que la ex nerd se sienta mejor con respecto a ella misma, ya que la enfermera se la pasa contando historias de lacrimógenas que ganan a la familia y hasta el perro (linda representación del nivel de credulidad del americano medio)
  • nunca pero nunca vas a superar los problemas que tuviste durante tu adolescencia Y acá viene el caso de la historia paralela: dos cincuentonas enfrentadas por las inseguridades de sus dieciséis. Una - la perdedora de antes- es dueña de toda una cadena de hoteles, pero nada se compara con la familia que la otra ha formado - creo, incluso, que sobre el final dice algo como "mi logro es mi familia"- o sea que a dejar todo y ponerse a parir, aunque se siente amenazada sólo porque la otra está buena, no porque habla 4 idiomas (hola,chau y poco más en francés, alemán e italiano, en rigor, pero creo que quieren dar a entender eso). Claro que la antigua perdedora está pasando por una depresión post divorcio, pero eso no se explota en la peli, para qué.
  • perdón es una palabra mágica que borra mágicamente cualquier cosa que hayas hecho sobre el final, después de haberle arruinado la boda, en un gesto increíblemente egoísta, nuestra Verónica Mars recibe un pedido de disculpas por parte de la ex-mala, quien reconoce que todo eso le sirvió para reflexionar. Claaaro, tu futura cuñada te caga el matrimonio casi consumado - basado en una relación de un tiempo, en la que parecía que todos se llevaban fantástico - porque no puede superar que hayas sido una gran hija de puta, cosa que la marcó toda su vida por lo que se ve, y vos te das cuenta que quizás hayas estado mal. Mismo caso con Verónica Mars. Le pide disculpas, busca al hemano y le dice que por ahí la chiruza no es tan mala, y todos contentos. El hermano, que había cancelado el casamiento - y que casi pone en twitter "menos mal que no me casé"- ahora está dispuesto a volver, si la hermana lo dice. Una opinión de fierro el muchacho


En definitiva, perdí mi tiempo, aunque me instruí un poco más en los valores de la cultura americana...
(otro día si tengo ganas hago un post sobre Sweet Home Alabama, otra peli que me pone de los nervios)