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Tuesday, October 9, 2012

Públicoprivado

Hoy, martes 9 de octubre, las Abuelas de Plaza de Mayo van a anunciar a la tarde la recuperación de su nieto 107.
Hoy, martes 9 de octubre, en la ciudad de Buenos Aires se quiere vetar el aborto no punible.

Espeluznante es tratar de ver relaciones entre uno y otro. Por un lado, se hace pública la recuperación de un nieto, robado impunemente a escondidas en el marco de la ilegalidad. Por otro, se quiere vetar un derecho público, forzando a lo privado a entrar en la ilegalidad (a ver, no creo que ninguna de las personas a las que les gusta repartir fotos de fetos pueda pensar seriamente que un veto va a terminar con los abortos, verdad?). En un caso gana la justicia que recupera el derecho a la identidad. En otro, bueno...

Siempre me ha llamado la atención el relativismo, por ejemplo en lingüística, sobre todo con los insultos. Ejemplo: yo puedo decir chinga o pinche y la verdad es que no me genera nada, pero si se lo digo a un mexicano el poder de mi palabra cambia completamente. Es fascinante, realmente.

Lo mismo me pasa con el tema del aborto. Vivimos en una sociedad que se considera de avanzada - la pequeña Europa de Latinoamérica, como algunos se han enorgullecido en llamarla-, gay friendly, con matrimonio igualitario, con artículo 14bis (no vivo en Argentina, y no saben cómo lo extraño), con ley de identidad de género, etc. Un país en el que el problema social mas "acuciante" para algunos es no poder comprar dólares, al punto tal que equiparan eso a una libertad o garantía constitucional. Y sin embargo, el aborto sigue siendo un tema tabú, un tema que arrastra fantasmas más poderosos de lo que nos atreveríamos a considerar - y eso les otorga aún más poder, obvio- y entonces no se debate - si es que queda algo por debatir, realmente- no se legisla, se veta, y ahí andamos...

No sé de leyes, pero me suena que el aborto debería ser un derecho público regido en lo privado. Es decir, si tu "conciencia" no te deja, no lo hacés, pero si tus circunstancias son otras, debería poder tenerse el derecho a accionar como a uno le parezca o necesite. Que quede claro: nadie aborta alegremente. No creo que haya nadie que se ande colgando cordones umbilicales al cuello, como hacen ciertos cazadores con los dientes de sus víctimas (y si de última lo hubiere es un tema, de nuevo, privado) De por sí el aborto es una experiencia traumática. De todos modos, si alguien prefiere llevar a término un embarazo no deseado o inviable - con lo hermosa y reconfortante que esa experiencia debe ser- también debería estar en su "derecho". Lo que no se debería hacer es prohibir lo contrario, porque ahí sí que estamos cercenando la igualdad.

Que el aborto sea legal no implica que se vuelva obligatorio. Lo mismo se temía o especulaba en el 87 con la ley de divorcio, y no salieron todos a divorciarse, que yo recuerde.

Claro, la diferencia está en que los hombres sí que pueden divorciarse.


1 comment:

  1. bien, movilizante. También valdría, si es que me lo permitís, aclarar que estar a favor del derecho al aborto, no significa estar a favor del aborto

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