Hubiera puesto la de Nemo, porque lamentablemente - para ustedes, más que nada - después de los primeros 15 minutos la película (que no había empezado mal, todo hay que decirlo) se transformó en un desfile de lugares comunes y lógicas machistas de la peor calaña, que disectaremos a continuación, claro (tengo que de alguna manera recuperar las dos horas que gasté en verla).
Por cierto, habrá spoilers. La película es del 2011, che.
Bueno, ahí vamos. La cosa comienza con un matrimonio de 25 años de antigüedad que se separa porque la mujer - Julianne Moore- se encamó con un compañero de trabajo y no tiene mejor idea que contárselo al marido en medio de una cena. El marido se lo merece, según la película, ya que la trama empieza con un panel por debajo de las mesas del restaurant en el que están, y él es el único que está con zapatillas. Imperdonable.
Para todo, absolutamente todo, existe Mastercard. |
En su nueva vida de soltero, conoce a lo que se dice un "womanizer" - un tipo con complejo de Don Juan y pasado de cama solar, pero bueno - en la piel de Ryan Gosling, que hace como de "malito" aunque por supuesto no le dure. Este personaje es el que lo "ayuda" a hacer un "rebranding" de sí mismo - a fuerza de tarjetas de crédito y, ya que es norteamericana la película por qué no decirlo, a fuerza de deudas de tarjeta - para que empiece a cojer de una buena vez como dios manda (parece que el hombre, además de cornudo, era virgen cuando conoció a su ahora ex esposa). Con ropa nueva y consejos baratos - "dejá que las minas hablen, nunca hables sobre vos", le dice -, Steve Carell empieza a levantar.
Esta es la maestra, en la primera escena, la "loca" de ahí en más. |
Sobre el final, como no podía ser de otra manera, todo se "arregla", Steve vuelve con la esposa, el womanizer se enamora de la hija y el niño pequeño, que ha estado persiguiendo a una chica 4 años mayor que él durante toda la película, recibe una lección de vida: si te gusta, es tuya, acosála hasta que diga que sí.
No es casual que las resoluciones que ofrece la película sean únicamente para los personajes varones. Las chicas son accesorias, están ahí para ser bonitas, o amores de la vida y no mucho más. Incluso el personaje del amante de la esposa tiene más lugar que la esposa misma en la trama. Y es que Crazy Stupid Love es una película sobre hombres para mujeres. Matizada por el brillo visual, el "glossy" que las películas de Hollywood bien saben producir - autos caros, buena iluminación, gente "looking sharp" sólo después de una ida al shopping- mantiene sin embargo una narrativa tan retrógrada y peligrosa que se cuela entre las escenas de los desnudos cuidados de Gosling.
y esta no es la única escena, por cierto... |
Esta es la baby sitter |
El niñito se encuentra "enamorado" al principio de la película
de la babysitter, una pibita hermosa, que a su vez le tiene ganas al padre (pre-transformación, eh? amor de verdad!) que jamás de los jamases se da cuenta de sus avances, dejando a las amas de casa de la audiencia super tranquilas. Las babysitter sólo son sexualmente activas con los famosos, no en las familias tipo.
El pibito, entonces, se declara unilateralmente en estado de enamoramiento, y actúa de ahí en más como una suerte de oráculo para el resto, escupiendo frases de señalador que sin embargo hacen pensar al resto de los adultos, cosas como "no existen los grises, si la amás, la amás, y si no, no" y otras sandeces por el estilo. Sobre el final de la película, ve justificada su filosofía barata, ya que es testigo de como sus propios padres zanjan sus diferencias - los que estuvieron juntos desde los 16 o así, y se casaron cuando ella quedó embarazada de la hija mayor- y vuelven a estar juntos, y su propio padre le dice que si ella es "the one", que la persiga, que ya va a decir que sí. Poco importa que en varios momentos la chica en cuestión le diga mil veces que no está interesada, que no lo encuentra atractivo, y que incluso le interesa alguien más. Ya se va a dar cuenta, esta boluda.
Acá los polis dando consejos muy útiles para la violencia doméstica: siempre adentro. |
La peli termina con la ceremonia de graduación de la escuela del pequeño acosador, que a la vez funciona como graduación simbólica de todos los personajes. Durante su discurso a la clase, el niñito, acongojado por su falta de éxito en los avances a la babysitter, se deshace en un parlamento lastimero sobre cómo el amor es una mentira y una verga, cosa que el padre no puede tolerar. Sin pensar en la vergüenza que le hace pasar a su hijo prepúber, se para y va hasta el podio, en donde desgrana una catarata de obviedades digna de tarjeta de aniversario que de algún modo tiene efecto en todos, salvo en la resentida de la maestra, claro. Así, Steve se caga en el momento de protagonismo del hijo y de paso se anota unos porotos con la ex mujer, que tampoco parece notar el desubique de su ex marido y sonríe como pasada de porro. De nuevo, se refuerza el discurso del acosador, al cual la película da un giño final y certero, haciendo que la babysitter le regale al niñito sus fotos desnuda, como para que aguante. Momentos antes, el niño le ha dicho que, si está caliente con el padre que no se preocupe, que él seguro en unos años se va a parecer a él, así que... muy tierno todo. Esta gilada de "the one" es la que cierra la película, y la que ilustra todos los finales felices; el niñito esperará - y de seguro no subirá a internet las fotos que le dio la piba, cómo se les ocurre!- y tendrá su merecido; el marido engañado vuelve con la esposa que al final se da cuenta que un tirito lo puede tener cualquiera, y el womanizer se enamora de la hija de ambos, que lo cambia para siempre porque además de ser Emma Stone, es re graciosa.
En dos horas, entonces, hemos aprendido que las alcohólicas son especialmente resentidas, que la tarjeta de crédito te cambia la vida y la personalidad, que los pelados nunca la ponen y que, si te gusta una mina, vos esperá y seguila acosando, ya se va a dar cuenta.
Muy rico todo.